
Lo genial de los pequeñajos, es que solo con ser ellos mismos, nos dejan alucinados.
No se vosotros, pero a mi, eso me lleva a pensar a que no hay que hacer grandes cosas para hacer felices a los demás, y así, ser tu mismo feliz. Solo ser tu, sin complejos.
Los pequeños no tienen ningún filtro con que mirar a la vida. Haber si nos quitamos unos cuantos.
Que paséis un feliz puente. Disfrutar al máximo, pero no haciendo grandes cosas… si no, pequeñas cosas maravillosas…
Un calido abrazo