Uno de esos días encontré: miel con ginseng. La verdad que no conozco a nadie que la tome. Sin referencia, entras en un juego, una apuesta: "¿lo compro?". Y me la jugué.
Pedazo de castaña la miel con ginseng. Por favor, alarma, que a nadie se le ocurra comprarla. Con lo que me mola la miel ahora tengo un tarro de medio litro de asquerosa miel. cierto es que todo es cuestión de gustos... pero madre mía!
un cálido abrazo