ROSQUILLETA en Barcelona

martes, noviembre 16, 2010

Acostumbrarte a lo bueno

Esta mañana unos "alumnos" que no pudieron hacer el examen en su día, me pidieron repetir el examen. Como no quería que perdieran clase, los convoqué al final de mi día, a sexta hora, en la biblioteca para que pudieran hacerlo.

De los cuatro que eran, dos se perdieron por el camino (mucho interés no tenían). Bueno, esos dos, cero al cociente y paso al examen siguiente...

Mientras los otros dos hacían el examen, yo tuve que entretenerme con algo. Busqué y busque y encontré el libro de monólogos de buenafuente. Como me parece un crak, como humorista pensé en dedicarle esos minutos perdidos.




Me sorprendió el comentario de peloteo que escribió uno de los colaboradores hacia buenafuente. Lo que decía, algo así como que estaba tremendamente agradecido por trabajar con uno de los mejores monologuistas de España, y que no quería acostumbrarse a lo bueno.


Lo que quería decir, es que no quería olvidar la suerte que tenía, de trabajar con él. No quería convertirlo en algo ordinario. Por que entonces, perdía la realidad, o algo así.

Y creo que es un ejemplo que no debemos olvidar.

Olvidamos rapidísimamente el valor de la tortilla de patatas de nuestras madres, o el café con un amigo que sabe escuchar, o nuestro coche, que aunque sea una tartana, mira como aguanta, la montaña, todo lo que nos puede enseñar...

No nos acostumbremos a las cosas maravillosas, por que entonces, no le damos el valor que se merecen.

Un cálido abrazo.