ROSQUILLETA en Barcelona

viernes, junio 08, 2007

Solo en la montaña.

Desde los 10 años que estoy en los scouts.
Muchos habreis hecho alguna que otra rutilla y siempre me enseñaron a que para aprender a llevar rutas con mapa y brújula, primero hay que perderse, al igual de que para aprender a esquiar, dicen que te tienes que caer (¿conocéis a alguien que haya aprendido a esquiar sin caerse??)

Pues yo me he perdido muchas veces por la montaña, y bueno, mi orientación es malísima, o más bien pésima. Necesito mirar la brújula cada 5 minutos para recordar donde está el norte y así poder orientarme. Solo una vez me he perdido yo solo y sin brújula ni mapas… fue así.

Resulta que estábamos en el primer día de campamento. Yo tendría 14 años. Al comenzar los campamentos, lo más habitual es realizar construcciones para acomodar el campamento. Es normal, hacer armarios, mochileros, toalleros, perchas, mesas, … se puede hacer prácticamente de todo con unos troncos y algunas cuerdas. Por supuesto ningún clavo y todos los troncos ya cortados que nos encontráramos por el bosque.
Claro el primer día tienes que hacer una búsqueda de troncos increíble, pues cuantos mejores troncos encuentres, mejores construcciones conseguiríamos. Otro problema era luego como transportarlos… pero eso es otra historia.

Allí estaba yo. Súper motivado, con 14 añetes a la búsqueda del mejor tronco para ayudar a mis compañeros. Quería hacerlo lo mejor que pudiera. Decidimos dividirnos (gran error, en la montaña, nunca camines solos, al menos si tienes 14 años). Y me puse a caminar por la montaña. el problema estriba en que no tenía miedo. Mi prioridad era encontrar un tronco y la zona estaba bastante pelada. Anduve, y anduve…
Encontré un tronco, no estaba mal, pero uff, era más pesado de lo que parecía, así que lo trasladé hasta un claro y me dirigí de vuelta al campamento.
Jejeje, de vuelta al campamento…
Ni de coña. Cuando llevaba media hora andando por la montaña… llegué a la conclusión de que ese, no era el camino. Entonces me senté a la sombra de un arbol. Tenía un reloj y al menos podía determinar donde estaba el norte. Esto me daba la posibilidad de andar en una dirección todo el tiempo que quisiera. Ya al menos tenía eso, pero… ¿hacia donde?
360 grados de posibilidades. Intenté volver hacia la misma dirección pero 10 minutos después me di cuenta, que no era muy prudente. Era una dirección totalmente aleatoria. Entonces pensé en subir a una posición de altura. Busque un pico, el más cercano y más accesible. Pero antes de subir me encontré con ¡una carretera! Joder genial, que alegría!!

Pero ni un solo coche, y aquí no había sombra…
Ahora solo faltaba saber que dirección escoger. Como no tenía ni idea, cogí la que me parecía la más sensata, la cuesta para abajo…(era bastante plano)
Pero a los diez minutos… pensé (razonamiento de un niño…):” ¿Por qué no lo hecho a suerte? Total, es casi lo mismo. Si existe Dios, tendrá mas probabilidades de ayudarme…”

Y así lo hice. Busque la piedra mas plana que encontré y… me salió para arriba. Ahora, por estúpido que pareciera ya estaba tranquilo. Ya tenía un camino y una dirección. Solo me faltaba andar. Y ya no dude. Solo anduve, y anduve, y anduve… y por curioso que parezca… llegué al campamento. Mis compañeros no se habían ni enterado. Nadie, y cuando lo conté, solo recibimos un puro de los monitores.

Esa tarde ya estaba todo olvidado.

Por supuesto, no fuimos a buscar el tronco.

Feliz fin de semana y cuidado en la montaña.