ROSQUILLETA en Barcelona

jueves, junio 14, 2007

Juanjo San Sebastian, Alberto Iñurrategui y Unai Basurko.

(Antes de nada, debéis perdonarme por mi desorden a la hora de contar las cosas, no soy periodista, y esto hace que no lo cuente tan bien)

Me parece increíble. Y me resulta muy complicado el explicar el porque. Creo que aún no he asimilado las conclusiones, así que solo os contaré tal y como fue.


“Increíble… La verdad que no se por donde empezar, por que estar hay para vivirlo, aunque como dicen ellos, solo les puede entender alguien que haya estado en el Himalaya…

Fuimos mi compañero de mendiak (fito) y yo a la charla

Comencemos por el principio… Bueno, antes explicar que este post será un poco largo, pero es que lo encuentro necesario.
¿Quien son? Alberto Iñurrategui, ha subido los 14 ocho miles del planeta. Solo hay dos personas en España que lo hayan conseguido, él y Juanito Orbaizabal. En el mundo solo hay 10 personas que han subido los 14 ocho miles. ¡¡10 personas!!

Bueno… Unai Basurko, hace regatas en solitario, dando la vuelta al mundo. Y creo que tiene lo suyo también estar en mitad del océano atlántico, solo, con tu barquito…

Y por último, y para mí, el más apreciado, Juanjo San-Sebastian, escritor del libro que ayer me firmo. Una leyenda Vasca de la montaña y del himalayismo. Una maravillosa persona.
(firmado por mi hermana, y por Juanjo)
No voy a contaros toda el audiovisual (tampoco me acuerdo…), así que contaré lo más simbólico, al menos, para mi.

En la presentación, Juanjo, presentó a Alberto, como que lo que menos decía de él, eran los 14 ocho miles que había subido, y lo que más, su calidad como persona. Para mi, me pareció increíble. Y era cierto. Era uno de los tíos más humildes que he conocido. Y me parecía increíble, que una persona que podía mirar al resto por encima del hombro, no lo hacía.

Después de subir los 14, subió dos montañas más de casi 8000 metros, que solo le faltaban 25 y 60 metros para llegar a 8000. Luego se fue a la Patagónia, a escalar montañas de 3000 metros. Ahora ya no quiere subir montañas tan altas, aunque repetiría algunas.
Alberto decía que le daba igual si sus dos hijos hacían montañismo o no. Solo quería enseñarles valores como persona.

Era una persona tranquila. No quería dejar margen a error y por eso entrenaba antes de subir a una montaña (antes se decía de broma que entrenar, era hacer trampas, pero se decía. Afortunadamente las cosas están cambiando).

En uno de los ocho miles, perdió a su hermano. Con él, había empezado la aventura, pero tubo que terminarla sin él…

Cuando nos acercamos ha hacernos las fotos, eran unas personas geniales. Y personas que te miran a los ojos.”

(De izquierda a derecha: Rosquilleta, Juanjo, Alberto, Fito )

(con Unai)
Tengo una conclusión clara, y es que la montaña es un lugar maravilloso para aprender y para conocerse a si mismo. Otra cosa es que la gente encuentre otro camino para llegar a ser mejores personas, pero lo que si tengo claro, es que la montaña, es de los mejores.
Otra cosa que he concluido, es que no quiero subir un ocho mil.

Lo siento, otro día hablaré sobre el libro. No puedo contarlo todo junto.
Un abrazote
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