ROSQUILLETA en Barcelona

miércoles, marzo 21, 2007

Cadena de favores…

Para aquellos que no hayáis visto la película con este título se lo recomiendo a todo el mundo. A mi me encantó. Pero el post de hoy, segundo post de fallas, va sobre un día que me sucedió en mitad de las fallas…

Nos situaremos primero.
Domingo de fallas, las 3:45. En la plaza que hay detrás del mercado organizaron un magnífico concierto de fallas, lastima que gracias a los dirigentes valencianos, la fiesta se acabara a las 4 de la mañana. Después de despedirse el grupo y dar unos bailoteos, xara, mi chica, me pregunta:
- ¿dormimos juntos hoy?
- Claro - contesto.
- Pero espera…- digo mientras busco las llaves en mi bolsillo…- creo que no.

Era domingo y mis compañeros de piso no volvían hasta el lunes. Podía pedirle las llaves a la dueña del piso, pero ni siquiera sabía si ella estaba en Valencia, ni conocía su teléfono…
Hay empezó mi cadena de favores… de momento como esa noche ya me quedaba tirado, en lugar de irnos para casa, pensamos que mejor continuábamos la fiesta en otro garito, así que nos fuimos a“la claca”, un garito, que sin saber por que, no cerraba a la hora de los demás y gracias a que estaba un poco escondido, no había millones de personas dentro. Allí estuvimos jugando un futbolín y entablé conversación en un baño con un tipo cualquiera. Un tío súper majo.
Creo que conocer a gente en fallas en los baños es un clásico, a mi me ha pasado un montón de veces. No es que te hagas amigo de el ni nada de eso, pero te hechas unas risas y pasas el tiempo. Por supuesto, cunado terminas no te das la mano, debido a lo que acabas de hacer, claro…

De allí si que nos fuimos a casa, pero claro fuimos a su casa. Dormí en su cama, mientras Xara dormía en la cama de su madre con su madre (en las casas ajenas hay que respetar las formas…). Al levantarme, lo peor fue que no tenía ropa para cambiarme y la ropa que tenía olía muchísimo a tabaco, así que Xara me dejó una de sus camisetas y yo guardé mi ropa en una bolsa. Aún estaba mal, por que ese día comía en casa de mis padres y aún no tenía las llaves de mi casa, ni pretensiones de recuperarlas. Afortunadamente en casa de mis padres, tenía ropa limpia, así que allí pude ducharme y cambiarme, pero aún no tenía las llaves de mi casa.

Sin tener ni idea de la posibilidad de recuperar las llaves, me fui directo a casa de la dueña. Cuando llegué un chaval me abrió la puerta:
- Hola, no me conoces, pero soy el inquilino de la puerta dos. Supongo que eres el hijo de Berta, no?
- Pues si.
- Pues es que llevo casi un día entero sin poder entrar, como verás tengo la ropa sucia en esta bolsa, por que no he ido a dormir a casa, y mis compañeros de piso no vuelven hasta el lunes…
- Ya, ya… pero es que yo no te conozco…
- Ya, lo se, y bueno… cuando viene tu madre?
- Pues esta noche pero no se que hora
Y yo deseando entrar en mi piso…
- Y… no puedes… no se… avisar a tu madre? O dame el teléfono si quieres y yo la llamo?
- Espera.
Y cogió su móvil y llamó a la dueña del piso. Es una mujer genial, y creo que su hijo me describió y así la mujer le dijo que me diera las llaves.
Por fin, ya entraba en casa.

Aún me queda otra historieta de fallas, para mí la más interesante, pero bueno, esa la contaré mañana.
Un saludo a todos.