ROSQUILLETA en Barcelona

viernes, mayo 11, 2007

Un cuento mio…



Un día Malevolía me pidió que contara un cuento hecho por mí.
Esto es lo que más se parece. Es una historia que me ocurrió a mí. La verdad es que de cuento poco, es decir, es como cualquier otro blog que cuenta una historia que le ha pasado a él. Prometo otro día contar esta historia como si fuera un cuento, haber si cuela.

Por que no hay que pegarse…

Cuando trabajaba de camarero, los fines de semana se hacían eternos. Acababas a las tantas y aunque estabas mas que reventado y tu primer instinto era ir a descansar, generalmente hacíamos algo para no acostarnos pensado en el cubata de la rubia o por que me han faltado 20 euros…

Había una panadería súper cutre cerca del garito donde trabajábamos. Hacía tantas horas que no comías, que si nadie decía nada, ni te dabas cuenta. Pero si alguien proponía la opción de ir a la panadería, allá que íbamos.
Como la panadería era pequeñísima, entrábamos como podíamos y nos sentábamos en la calle a comer la empanadilla, napolitana, o si tenías mucha hambre, una pizza grasienta.

Esa noche fue algo diferente…

Un chico se acerca a la panadería. Un chico bastante normal, pero nervioso y preocupado. Unos metros mas atrás, venían dos chicos mas. Estos chicos de atrás eran algo diferentes. Botas militares, con poco pelo en la cabeza, y bastante agresivos… Los dos chicos de atrás no paraban de increpar al chico que iba delante. En un arranque de agresividad, uno de los dos, arranca en una carrera y consigue propinar una patada al chico que estaba delante.
Fue entonces cuando todos nos quedamos sorprendidos ¿Qué pasaba?
El agresivo le dice:
- ¡¡si eso!! , ¡¡Métete en la panadería que como vuelva a ver que miras así a mi novia te voy a partir la cara!!

El chavalín intenta meterse en la panadería con la mala suerte que el panadero acababa de echar la llave y no pudo entrar.
Los dos agresivos creyeron que les estaba vacilando y comienzan a correr hacia él.
Pero cuando pensábamos que la paliza era inminente, aparecen dos hombres más en la escena. Eran dos personas algo más mayores que el resto y en cuestión de segundos se interpusieron a los agresivos…
- ¿Pero que hacéis?- dice uno de los mayores
- ¡Esto no va contigo gilipollas!
- ¿Pero no te das cuenta de que no hay que pegarse?

¿que no hay que pegarse?¿por que no? Evidentemente los chicos agresivos no entendieron el mensaje y le dieron un guantazo a una de las personas mayores que lo movió del sitio.
Pero este no le contesto, solo le volvió a repetir: “¡que no hay que pegarse!”.
Los agresivos no lo entendían… ¿Por qué no? Pero claro, no iban a pegarse solos, y la verdad, si pegas a alguien y ese ni te contesta ni expone miedo, solo te repite que no hay que pegarse… ¿pues te vas ha hacer?
Sea por lo que sea, se fueron.

Luego, los hombre mayores se dirigieron a nosotros y nos preguntaron por que no habíamos hecho nada. La verdad que flipamos. Pero ese día aprendí una lección.


Y bueno, para despedir este finde de semana, hoy quiero dedicar este video a todas aquellas personas que no se dan cuenta… que van pegando por hay por que han mirado mal a su novia, o por que le has tirado un cubata, o por que no permites que te insulte.
A ver si encontramos un mundo donde la gente se de cuenta que
NO HAY QUE PEGARSE.