Os contaré primero como van mis cosillas.
La vida en Palma me va guay. Hay ciertas cosillas que me tienen ligeramente perturbado, pero problemas cotidianos. Nada que se escape a lo normal.
Las clases me van bien. Adaptándome todavía a no dar matemáticas, que es lo que me gustaría, y aprendiendo muchas cosas de electricidad, ordenadores, antenas, porteros automáticos… Vamos, que dentro de un año, si necesitáis un manitas… solo tenéis que avisarme.
Bueno, bromas a parte, si los “nanos” aprenden el mínimo exigido, me quedaré más que satisfecho.
Escalando. Si, he vuelto a escalar y tengo unas ganas terribles de volver a subir a la roca. Recuerdo cuando escalaba cuando era más joven. Me gustaba mucho, pero era muy impulsivo y no sabía economizar las fuerzas. La escalada me apasiona por que es importantísimo “estar bien de coco”, como dice 7a.
Se mezcla varias disciplinas en este deporte de montaña. Por un lado la fuerza física, un mínimo la verdad. Y es un mínimo por que también necesitas flexibilidad, agilidad, resistencia y técnica.
Además, practicas el deporte en la montaña, con todo el encanto que eso tiene. Necesitas conocer todo el material de escalada, ya que de él depende tu vida.
Y lo más alucinante, tienes que “estar bien de coco”, es decir:
Tienes que subir sin miedo. Alucinante.
Resulta, que si tienes miedo, consumes mucha energía, tu cuerpo no responde, estas nervioso y agarrotado, tus movimientos no son fluidos y te cuesta ver donde tienes que agarrarte.
Me parece alucinante practicar un deporte que promueva el no tener miedo, no?
Mi colega Valenciano Epi estuvo aquí. Un golpe de aire frescor. Su novia trabaja aquí en Palma y me dijo que probablemente pediría el traslado en el curro para venir a vivir a Palma. Es genial saber que un amigo de toda la vida se viene a vivir a tu ciudad. Muy contento.