ROSQUILLETA en Barcelona

martes, noviembre 13, 2007

El después de mi ice braker.

Pues la charla no me salió mal. La verdad es que la tenía muy preparada. Tal vez demasiado. Fue por eso por lo que estaba muy tranquilo y pude hacer una buena charla.

En estas dinámicas, una vez que has terminado, los oyentes te evalúan. Y la evaluación ha sido bastante positiva. Podía haber sido peor, pero fue genial.
Delante de mí, tenía a una mujer con cara bastante agria, y cuando la miraba (hay que mirar a los ojos de los oyentes para conseguir llamar su atención) me cortaba un poco el rollo. Por desgracia era ella la que llevaba el tiempo (tenía que hacerla en 5 minutos, a los cuatro te muestran una tarjeta verde, a los 6 amarilla y a los 8 una roja como que tienes que terminar ya…) entonces tenía que mirarla de vez en cuando para saber el tiempo.
Cometí el falló de ponerme las manos en los bolsillos, y no tener un buen final. Pero lo del buen final no pudo ser por que la mujer de la cara chunga, se le olvido ponerme las tarjetas y no pude calcular el tiempo…

En cambio la gente me dijo que conecté con el público, mi volumen de voz fue el adecuado,… vamos que muy bien.

Y la risa les salió al principio, y no en mi “chiste”. Resulta que al principio dije:

“Soy feliz con mi vida, por que no tengo nada, pero tampoco necesito nada, …”

Y todo el mundo se rió. En cambio, cuando conté como fue la primera vez que fumé, nadie se rió:

“les contaré una anécdota. La primera vez que fumé. Me fui con mi mejor amigo a nuestro sitio secreto. Allí el me dijo que me iba a enseñar a fumar. Encendió el cigarrillo y me dijo que tenía que aspirar el humo. Pero yo no lo entendí. Me comía el humo…”

Bueno. No esperaba un mar de risas, pero al menos ya sé que para humorista no valgo…

Un abrazote.