ROSQUILLETA en Barcelona

martes, septiembre 25, 2007

El sonido de la playa (parte I)

Intentaré contar el viaje tal y como fue.
No puedo empezar de otra manera que agradeciendo a Tuluá su compañía. Un tío espectacular. No tuvimos ningún problema. El trato fue magnífico. Gracias por todo!!




Bueno, es un conjunto de situaciones, de sensaciones. Cuando viajas a otro país, la cultura, el idioma, la forma de pensar, … todo cambia. Lo puedes llevar bien, o mal, eso depende de cómo te lo tomes.
Roma es un sitio súper turístico. Estuve con Daniele, un amigo que vino a visitarme a Valencia y hablé de él aquí. Un Romano que sufre que los propios romanos no puedan vivir en Roma por el precio de los pisos, y que sea una ciudad invadida por turistas.
Pero para el turista en genial, un lugar que puedes y debes visitar caminando, para no perderte ni una sola piedra.

Los primeros días visitamos lo más conocido. Tuluá no había estado en Roma, y le encantó. Esa noche cenamos con Daniele y nos llevo a un sitio lleno de romanos, donde la cerveza era baratísima y estábamos rodeados de gente maravillosa, sentados en un parquecito, en Roma. Las sensaciones eran geniales, lejos de casa y al mismo tiempo tan arropado…







Al día siguiente, el tren que nos llevaba a Maratea estaba lleno, así que tuvimos que esperar sentados en el suelo, ya que en la estación de tren no hay sillas, y hay que pagar por usar el baño… increíble. Cuando llegamos a Maratea, era de noche, pero al levantarnos vimos esto:

Flipamos, la verdad que en un primer momento pensamos que estabamos en el paraíso, pero no era exactamente así.
Ese día tuluá cogió el ascensor del hotel que te llevaba a la playa mientras yo me quedaba repasando el póster, ya que al día siguiente teníamos el concurso.


El concurso, lo ganó un italiano. Pero no os preocupéis; Tuluá y yo sabíamos que él iba a ganar, estaba cristalino. Es como si tu vas ha hacer una carrera con un seiscientos, y él corre con un Ferrari. Entonces no tienes probabilidades. Pues eso, su trabajo era de órdago. No pasa ná, una vez que acabó la sesión de póster, fue cuando me pude empezar a relajar. Los cursos eran algo así:




Y por cierto he aprendido un montón de ingles. Nos pasamos las noches hablando en inglés, con Alemanes, rusos, franceses, un irakí, italianos, … eso es la parte genial, la gente.

Tengo un montón de anécdotas que contar, y mi mente es demasiado matemática, permitirme que os las cuente punto a punto.
- Calcetines, bueno, ya sabéis por que, en la foto anterior queda bastante claro..
- En un curso, yo no llevaría por sistema la misma camiseta dos días seguidos, creo que guarretes hay en todos los sitios, pero aquí se notaba mucho ya que solo éramos unos 15 en total… ea!
- El hotel estaba en ningún sitio, y el problema era que si querías salir fuera tenías que coger un autobús. Esto convirtió nuestra estancia en el hotel como un gran hermano. Un poco agobiante!!
- Pasta y pescado. Todos los días. Para comer y para cenar. Eso me ha llevado a conocer todos los chistes sobre pasta y pescado del mundo…
- Y para finalizar el día, una historia de un frances:

Lo conocimos en una comida. Se sentó por casualidad a mi lado. A mitad de comida me dice:
- esta bueno
- si.- pienso-… ¡hablas español!
- Si un poco, pero es difícil para mi
- Bueno… si quieres practicar, hablamos en las comidas
- Hooo, gracias!!
- De nada- contesto.
- Se algunas palabras
- Como que?

Y grita:
- ¡Follar!

Tuluá y yo no sabíamos donde meternos. En mitad de un comedor, lleno de doctores, nadie se inmutó, y el tío ¡¡acababa de gritar follar en medio de un comedor!!
Curioso.
Tuluá y yo nos dimos cuenta que podíamos hablar de bastantes cosas, y la verdad, cuando estábamos un poco cansados nos poníamos ha hablar en español y muy pocos se enteraban… pero algunos si.

Bueno, mañana cuento más.
Saludos grandotes!!