ROSQUILLETA en Barcelona

viernes, noviembre 09, 2007

Liebre

Los que me leéis con más asiduidad, sabéis que a veces escribo sobre alguien. Esto es por que escribo lo que quiero y cuando quiero. Y ahora quiero escribir sobre liebre.
Debéis perdonarme, pero debo usar lenguaje scout para describirlo, pues es la persona que confía más en el escultismo que conozco. Esa es una de las razones de que en su blog hable principalmente sobre temas scouts. Pero no os asustéis, podéis leerlo y comprobareis que el escultismo no es otra cosa que hacer buenas personas. El lo describe muy bien

Cuando lo conocí, no medía ni un metro. Eran otros tiempos, y Cuando eres un chico de 16 o 17 años, no te fijas en los pequeños, tu ego te lo impide. Pero mi primer recuerdo fue en un campamento. Hace un montón. Por cosas de la vida, me di cuenta de que existía. Y como todo el mundo (excepto él), nunca imaginé que ahora sería el jefe de tropa, y no solo un jefe de tropa, si no un excelente jefe de tropa. Y digo que él lo podía imaginar, ya que tenía claro que estaba en sus posibilidades, pues esto del escultismo, se le daba bien.

Que yo sepa, fue cuando cogió el cargo de guía de una patrulla cuando dio el gran cambio. Es decir, sus dotes naturales de liderazgo lo convierten en una máquina en organización. Los chavales le seguían con una fidelidad innata. Sabían que su manera de repartir el trabajo sería la más justa. Que su estrategia en una guerrilla sería la más acertada. El lugar donde plantar la tienda, que nudo usar en cada momento, técnicas de salvamento, utilización del Morse,… Su patrulla sabía que Liebre había aprendido a la perfección que debemos hacerlo lo mejor posible.
Y en tropa, con suma facilidad, aprendió que el fuerte protege al débil. ¿Es que a caso no estaba claro? Lo veía con tanta claridad, que no estaba claro, estaba cristalino. Las habilidades de deportividad, competitividad, participación, amabilidad, respeto, cortesía, lealtad,… le nacían innatas.

Muchos pensareis que exagero. Bueno, desde luego los que penséis así, no lo conocéis, pues que yo sepa, entre otras cosas, jamás ha faltado al respeto a alguien.

Su culminación llega cuando llega al clan. He de decir, que el principio en el clan no fue fácil. Su mente científica le hacía que le costara entender que 1+1 puede ser más de dos. Fue con el tiempo, y algún que otro quebradero de cabeza, cuando fue abriendo su mente y su cuerpo.
Y digo su cuerpo por que liebre era rígido como una roca. Era tan correcto que le costaba mostrar sus sentimientos.
Ahora es una de las personas a las que más me gusta abrazar. Su abrazo esta lleno de ternura y es puro.

Sinceramente. Tengo un poco de miedo. Lo he visto antes. Cuando una persona supera tantos obstáculos, es entonces cuando aparece el ego. Un ego muy duro, pues he visto gente, al haber aprendido tanto, que se sienten superiores a los demás. A liebre no le ha pasado. Y espero que no le pase. Pero liebre, escucha: si te pasa, que sepas que estaré detrás de ti para pegarte un capón.

Un abrazo cálido.