la princesa

La chica preciosa se bronceaba en la playa. Su silueta de diosa brillaba con la mezcla de crema protectora y su propio sudor. Estaba sola, con esas enormes gafas de sol que se ponen la gente famoseta de la televisión. Escuchaba música en su ipod y parecía que todo era perfecto. Lo tenía todo. Por un segundo sentí algo de envidia, de ver su mundo perfecto.

De repente una mosca, un pequeño insecto se paro en su hombro, y cuando fue a alejarlo pude ver su feo muñón de mano izquierda. Mi sorpresa fue grande, no pensaba... no creía... no sabía que no era perfecta.

Y en cambio seguí teniendo envidia. Ahora, por su tranquilidad y naturalidad, aun por tener una mano de menos.

Servilletas

Cuando bajo a Valencia no tengo nada en la nevera. Un gasto adicional al viaje y las cervecitas con los amigos suele ser desayunar por las mañanas en un bar.

La verdad que depende mucho de lo inspirado que esté, desayuno unos churros con un café con leche, o bien me tiro más por las tostadas con tomate y jamón. Con estas últimas encuentro un problema...

Cuando te sirven las tostadas te las ponen sobre una servilleta absorbente, que no tiene nada que ver con las servilletas que van en la caja de servilletas de los bares. El problema estriba que la mejor servilleta no la puedes utilizar hasta el final, ya que tienes las tostadas encima. Y cuando puedes utilizarla, al terminar, ya está tan manchada de aceite, que ya no te interesa para nada.  Una distribución extraña e incómoda.

Sea como sea, veo un símil con las personas. Tardas tiempo en conocer a una persona, y al principio, lo que aprendes de ella, no es lo más útil. Es cuando ha pasado el tiempo, cuando realmente empiezas a disfrutar de verdad, y en ocasiones, ya es demasiado tarde. Intentemos entonces que disfrutemos lo antes posible de las personas. Que es lo que realmente, vale la pena.


Os paso un vídeo que me gustó, sobre parejas que se conoces y concentran las primeras 10 citas, en una sola. No creo que sea verdad, pero podemos aprender de la ciencia ficción.

Un abrazo a todos los que se arriesgan y cogen la servilleta de debajo de las tostadas, antes de acabar las tostadas.

31

Podemos asociar los numeros a infinidad de cosas. Ahora me viene a la mente el número de parada de autobús que me lleva a Barcelona.  Será por que es el número que me separa de mi gente.  No.
Es el número del autobús.  Y me cansa cogerlo.  Si lo cojo muy contínuo me canso. Como si comes muchas veces lentejas.  Acabas cansado.
Un calido abrazo.

Curso de bicicletas

No podía estar más contento de realizar un curso de reparación de bicicletas.

Muy interesante. Pagas 90 euros. Te dan una bici bombardeada y la pones apunto. La bicicleta suele ser del depósito municipal (bicis avandonadas) aunque puede ser una bici donada también. Luego la bici te la quedas.

Para arreglarla utilizas materiales de segunda mano también, y puntualmente compras algo nuevo.

Bueno, a lo que vamos. Me está encantando:

1) Por un lado aprendo a hacer algo manual. No es coña. Casi todos mis conocimientos son teóricos!!
2) Arreglo algo, y sabré repararlo si se estropea!
3) Reciclo
4)Consigo una bicicleta de batalla

Veo la importancia de aprender cosas. Pero sobre todo, la importancia de aprender una educación no reglada. Ya no quiero títulos. Paso. Ahora quiero aprender a hacer un bizcocho, un tambor, una cometa, ...

Me estaré haciendo mayor?

Abracete