Anoche, cena con los alumnos de segundo de bachiller.
Acabando el último año de instituto, me traen grandes recuerdos. Ahora yo soy el profe enrollado al que invitan a un chupito en la barra. Ahora les toca a ellos enfrentarse a todas esas novedades. Y lo cogen con unas ganas y una energía... da una envidia...
Por favor, no olvidemos nunca las ganas de vivir, de levantarnos cada mañana, de sonreír, de amar, ...
un cálido abrazo
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